Brian tiene 31 años, está casado, tiene dos hijos y alquila una casa en Rafael Castillo. Vivió toda su infancia en el barrio de Caseros, donde sus padres tenían una rotisería en la cual trabajó durante varios años haciendo el delivery y ayudando en la cocina.
Desde muy chico le gustó dibujar y en la adolescencia empezó a desarrollar su pasión por los tatuajes. Con el tiempo y paralelamente a otros trabajos que iba consiguiendo (en una fábrica de zapatillas, en una mueblería y en un depósito entre otros), empezó a tatuar a sus amigos y conocidos en su casa.
Un día, con su actual esposa - que colocaba piercings y también tatuaba-, decidieron abrir un local en Morón para poder tener otro ingreso. Sin embargo, a los pocos meses Brian perdía su trabajo y las cosas volvían a complicarse. Fue entonces que su mujer se enteró que #Potenciate lanzaba un concurso para emprendedores y creyó que era una buena oportunidad para obtener capital semilla para hacer crecer el emprendimiento que seguía en marcha.